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lunes, 22 de junio de 2009

EL TOQUE DEL MAESTRO

Estaba golpeado y rayado, y el subastador pensaba que casi no valía la pena gastar mucho tiempo en el viejo violín, pero lo mostró con una sonrisa.
¿Cuánto ofrecen, amigos míos?, Gritó.
“un dólar” y luego, “¡dos”!
“Dos dólares”, y quien ofrece tres?
Tres dólares a la una, tres dólares a las dos........” pero no.
Desde el fondo del salón un hombre de pelo cano camino enfrente y recogió el arco; luego, tras sacudir el polvo del viejo violín y estirar las cuerdas flojas, toco una melodía tan dulce y tan pura como el canto de un ángel.
La música ceso, y el subastador, con voz baja y queda, dijo:
“¿Cuánto ofrecen por el violín?”
“Mil dólares, y ¿quién da dos mil?”
“Tres mil a la una, tres mil a las dos........
se va y se fue”, dijo.
La gente aplaudió, pero algunos exclamaron: “no terminamos de entender que cambio su valor”, La respuesta fue inmediata:
“EL TOQUE DE UN MAESTRO”.
Y muchos hombres con vida sin armonía, golpeados con las cicatrices del pecado, se subastan baratos a la muchedumbre irreflexiva, tal como el viejo violín.
Pero llega el maestro y la muchedumbre tonta nunca termina de entender el valor de un alma y el cambio forjado por el toque de la mano del maestro.
Permite que él te convierta en un instrumento para su gloria y su honra.
II Timoteo 2:21

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