Una vida guiada por principios es la respuesta a esta ola que nos arropa a todos (Daniel 1:18). Daniel propuso en su corazón no contaminarse y lo logró con la ayuda de Dios. Nosotros también podemos proponernos lo mismo
Sadrác, Mesac y abed-nego fueron tres jóvenes que mantuvieron sus principios aunque sus vida corrieron peligro (Daniel 3) y Dios los protegió.
Jesucristo es el camino a seguir. Él es el perfecto ejemplo. Hoy más que nunca debemos mantener la vista puesta en Él (Hebreos 12:1,2)
Vivir una vida de principios requiere cultivar diariamente la fe. David a pesar de su juventud enfrentó a Goliat por la gran fe que tuvo en Dios (1Samuel 17) fe viene por el oír (Romanos 10.17). Si no leemos, estudiamos y meditamos la palabra de Dios no podremos vencer los desafíos que el mundo moderno nos lanza.
Ser joven no es una excusa. José fue un ejemplo. Samuel, Daniel, Sadrac, Mesac y abed-nego, y sobre todo Jesucristo. Todos ellos fueron jóvenes y pudieron vencer los desafíos que el mundo les lanzó, los cuales muchas veces fueron más grandes que los que enfrentamos hoy. ¡TU TAMBIÉN PUEDES!
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