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martes, 28 de julio de 2009

EL MERCADER Y EL ASNO (FÁBULA DE ESOPO)



Cuenta el fabulista griego Esopo, que iba un mercader por un camino con un asno cargado y le pegaba a cada momento con la vara para que aligerase el paso, a fin de llegar más pronto a una feria a que iba a vender sus mercancías. El asno, viéndose tan cargado y castigado sin razón, caminando más de lo que podían sus fuerzas, deseaba con ansia la muerte, pensando que después de muerto tendría al menos sosiego y tranquilidad. Finalmente, fue tanta su fatiga y cansancio que agotadas las fuerzas muerió. Pero después de muerto le desolló el mercader y empleó su cuero en hacer panderos.

APLICACIÓN DE ESOPO: Ninguno debe desear la muerte para salir de los trabajos en que vive.

APLICACIÓN MÍA: En términos espirituales esto es igualmente cierto. Muchos que viven mal aquí al morir; tan vez de una enfermedad grave, oimos que dicen: POR FIN VA A DESCANSAR. Pero la Biblia enseña que descansan los que mueren en el Señor (Apocalipsis 14:13). El que muere sin Cristo pasa por la doble tragedia de una vida muchas veces miserable en la tierra y luego sufren pena de eterna perdición, excluídos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2Tesalonisenses 1:6-10).
Busque a Cristo que es la vida (Juan 14:6). Y el que vive y cree en él, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan 11:25,26).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que fabula mas marica, la muerte es y sera siempre un descanso asi hagan zapatos con el cuero de uno.

Anónimo dijo...

No me gusta esta fábula se supone que sirve para aprender una lección y lo único que enseña es a desear la muerte se supone que el mercader es engañado por el burro hasta que descubre su truco y lo castiga no lo mata y lo deshoya