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lunes, 10 de agosto de 2009

EL HOGAR MODERNO ESTÁ EN CRISIS (SEGUNDA PARTE)



Cuando hablamos de que un 66% de las parejas que se casan se divorcian. Que un 39% de las madres crian sus hijos sin el padre. Que un 48% de la parejas viven en concubinato. Que en el mundo se producen cada año entre 50 y 60 millones de abortos. Que el 73% de los jovenes tienen comienzan sus vidas sexualmente activa a entre los 13 y 15 años. Que la violencia domestica acaba con la vida de millones de mujeres y hombres cada año. Que los hijos viven en rebeldía constante contra sus padres. Todo esto y mucho más, nos da un claro paranorama de la crisis que viven los hogares modernos (favor leer artículo escrito sobre el mismo tema más abajo). Sabemos que la crisis de los hogares es la crisis de la sociedad y del mundo.

La pregunta es ¿Por qué pasan estas cosas? y además ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Dios es el creador del matrimonios, pero los hombres han abandonado las reglas de Dios para seguir sus propias reglas y ahora pagamos las consecuencias.
Podemos volver al modelo propuesto por Dios y las cosas cambiaran para bien.
Salmos 127:1, "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los edificadores ..."
El concepto bíblico es que el matrimonio dure "hasta que la muerte nos separe“ (Mateo 18:6-9). Pero el concepto humano es que dure solamente "hasta que nos convenga", o "hasta que dejemos de amarnos”
Dios no aprueba el divorcio. Solo acepta la excepción de la infidelidad (Mateo 5:32)

Dios es su creador. Hizo al hombre del polvo de la tierra y soplo en su nariz aliento de vida. (Génesis 2:7).
Luego hizo al hombre caer en un profundo sueño y de una de sus costillas le formó a su mujer, la cual es hueso de sus huesos.
Finalmente ordenó a ambos que crecieran y se multiplicaran. ALLÍ NACIÓ LA FAMILIA. (Génesis 1:28)

El Señor sabe perfectamente lo que el hombre, la mujer y los hijos deben hacer para que exista paz y felicidad familiar.
La descomposición social es fruto de la descomposición del hogar
Si nos llevamos de lo que Dios dice en su palabra veremos resultados positivos, en nuestra vida personal, familiar y también en la sociedad. (Salmos 119:105).

En la próxima entrega veremos los propósitos del matrimonio y los papeles de los miembros de la familia

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