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jueves, 25 de febrero de 2010

DIALOGO EN EL MATRIMONIO



El matrimonio es un campo donde el dialogo no solo es necesario, sino imprescindible para que las cosas marchen bien


Causas que impiden un dialogo efectivo.


Ø La falta de respeto, expresado en acciones tales como: a)Quedarse callado mientras el otro habla solo. b) No darle importancia a los sentimientos de la pareja, es decir, ver siempre las cosas desde nuestro punto de vista. c) Regañar en lugar de hablar y buscar un entendimiento.

Ø No buscar el momento y lugar adecuados para expresar molestias, sino hacerlo en cualquier momento, en cualquier lugar y ante cualquiera persona.

Ø No reconocer errores, sino creernos que siempre tenemos la razón y es el otro el que está equivocado. Esta actitud radical no toma en cuenta las opiniones del otro.

Ø Reaccionar desproporcionadamente ante algo que nos diga nuestra pareja. Si las cosas no se analizan objetivamente y sin exagerar el tamaño del problema, el otro posiblemente acudirá a la costumbre de no decirnos las cosas, sino ocultárnosla.

Ø Mentir bajo la excusa de proteger al otro para que no se preocupe por algo, puede a la larga crear una enorme desconfianza que dañe el dialogo y la relación (Efesios 4.17-25).

Ø Retrasar un dialogo por algo menos importante, hiere a la pareja.


Ø El orgullo. Cuando hemos fallado, pero no queremos pedir perdón, el orgullo dificulta un entendimiento entre la pareja.


Ø Acumular disgustos para resolverlos otro día es fatal para el dialogo. Las molestias deben tratarse el mismo día cuando suceden, para no dar lugar al diablo (Efesios 4:26,27). Usted se acuesta enojado y amanece amargado y resentido.


Ø Dejarse llevar por la rutina y no sacar un tiempo exclusivo para salir y hablar en un ambiente relajado, lejos de distracciones innecesarias.


Ø La falta de comprensión y tacto al hablar. Cuando una pareja pronuncia palabras como “Tu nunca aprendes”, “Yo te lo dije”, “Tu no coges cabeza”, “Bueno que te pase”, y otras parecidas, podemos estar seguros que no forman parte de las cosas que nuestra pareja desea oír de nuestros labios. Aun sintamos la tentación de pronunciar palabras hirientes como estas, pidamos a Dios que nos dé la capacidad de resistir y de decir solo lo que edifica (Colosenses 4:6).


SOLUCIONES

Ø Tener paciencia. Ningún problema es tan malo que no pueda empeorar si perdemos la paciencia. Recuerde que son dos personas de diferentes sexos, diferentes crianzas y costumbre que tratan de vivir juntas... Tenga paciencia y se manso (Mateo 11:29).

Ø Saque un tiempo que sea exclusivo para conversar con su pareja. Además tenga un tiempo con cierta frecuencia para salir juntos y estar solos.

Ø Cultive la confianza. La confianza no es algo que se exige, sin que se gana. Hable siempre la verdad, aunque al principio le traiga consecuencias negativas, pero a la larga será siempre mejor.

Ø Practique el siguiente plan diario. Tome una hora para dedicarlo a su pareja. Tengan 20 minutos para estudiar la Biblia, 20 minutos para orar y 20 minutos para hablar.

Ø No reprima sus sentimientos. Si su pareja le ha herido, hágaselo saber, pero de la mejor manera posible, en el mejor momento posible y en el mejor lugar posible.

Ø Tenga siempre presente: “ANTES DE PONER LA LENGUA EN MOVIMIENTO, PONGA EL CEREBRO EN FUNCIONAMIENTO”.

Ø Medite por varios minutos en Santiago 3:1-12




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