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jueves, 8 de abril de 2010

Jesus predice la destrucción de la Ciudad de Jerusalen (Parte 2 de 2)

Según afirman versiones de la época, Nerón deseaba reconstruir la ciudad de roma, cosa que el senado romano no le permitía, por lo cual provocó un incendio para lograr su propósito y achacó la culpa de todo a los cristianos. Esto trajo una persecución y una visión del mundo impío hacia los cristianos como personas dignas de desprecio. El Señor advirtió sobre estas persecuciones (Mateo 10:16-22), y en el libro de los Hechos 8:1-4; 11:19; 12:1-6 vemos como muchos cristianos murieron por su fe. Tambièn hubo muchos que se desanimaron y apostataron de su fe (2Timoteo 4:10,16; Hebreos 10:38,39). Esto no solo perdieron su salvación espiritual, sino que por no hacer caso a las señales dadas por Jesús posiblemente tambièn perecerían juntamente con los demàs en la destrucción de la ciudad. Por eso el Maestro habla del que persevere hasta el fin, ése serà salvo. Pero ¿Cuál fin? ¿Serà salvo de que cosa?. El fin del cual habla Jesús es el fin de Jerusalén como ciudad y del judaísmo como sistema por la destrucción de su templo. No se trata el tema aquí de la salvación del alma, sino de la salvación de la vida física al prestar atención a las señales dadas por Jesús para escapar. Aunque es cierto que el Cristiano debe perseverar hasta el fin de su vida para salvar su alma, pero la aplicación primaria de este texto tiene que ver con salvar la vida física. Tambièn es cierto que los que se salvaron porque hicieron caso a la profecía del maestro era porque conservaban su fe en Èl, pero aun después de escapar de esta terrible experiencia debìan continuar firmes en el Señor HASTA EL FIN DE SUS VIDAS para no correr el riesgo de deslizarse (Hebreos 2:1,2).

“Y serà predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrà el fin” V14. En Colosenses 1:23 y Romanos 10:18; 15:19 vemos el cumplimientos de esta profecía. Las cartas a los colosenses y a los romanos fueron escritas en los años 61 y 56 aproximadamente, es decir, antes de la destrucción de Jerusalén. Esta serìa la señal final de que la destrucción se acercaba.

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel...el que éste en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa” Vs.15-17. La abominación desoladora de la cual habló Daniel (Daniel 9:27; 11:31; 12:11) no es otra cosa que la ciudad de Jerusalén rodeada de ejércitos enemigos (Lucas 21:20). Al entrar los ejércitos paganos y profanar el templo esto era una abominación que causaría desolación. Un lugar reservado para los santos ocupado por los mundanos.

Ya mencionamos que los romanos entraron en la ciudad y profanaron el templo, pero luego salieron para un tiempo después venir a destruirla definitivamente. Es durante la retirada que Jesús aconseja que los creyentes huyan a los montes, para esconderse en las cuevas (Lucas 21:21), y con toda premura, olvidando sus posesiones, huyeran para no ser luego atrapados en el sitio final. Si estas señales tuvieran que ver con el fin el mundo no tendrían ningún sentido, porque cuando llegue el fin del mundo nadie podrá huir y nadie tendrá oportunidad de esconderse en cuevas o recoger algo de su casa (Véase 2Pedro 3:10-14; 1Corintios 15:51,52).

“Mas ¡Ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos dìa!. Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en dìa de reposo...Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, asì serà tambièn la venida del Hijo del Hombre”. Vs. 19-27. Huir de Jerusalén con una mujer embarazada o con hijos pequeños serìa una empresa muy arriesgada. Lo mismo si sucedía en invierno bajo el mucho frió que hace en Jerusalén. En cuando a la referencia al dìa de reposo, es porque los judìos que no habìa aceptado a Cristo continuaban esperando al Mesías salvador y guardando la ley de Moisés que incluía guardar el sábado. En ese dìa las puertas de la ciudad eran cerradas y nadie podría salir ni entrar, lo cual dificultaría grandemente la escapatoria.
La venida del Señor a la cual se hace referencia aquí en su venida en la persona de los romanos para castigar a los judìos y para poner fin a la persecución iniciada por ellos. La segunda venida final de Cristo no sucedería en aquellos tiempo (Lea con cuidado 2Tesalonisenses 2:1,2). Hay muchas referencias a que el dìa del Señor esta cerca, que tienen que ver precisamente con la destrucción de Jerusalén. Estudie los siguiente textos: Santiago 5:7,8; Filipenses 4:5; Hebreos 10:25,37.

Como un relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, asì serà...Otra vez hay que aclarar que no se refiere a la segunda venida para el juicio final, sino a la destrucción de Jerusalén (compare con Lucas 17:30,31). La venida del ejercito romano fue publica y abierta de modo que todo el mundo se dio cuenta, como un relámpago que sale del oriente y se muestra en el occidente.

“Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”. Este era un proverbio conocido, que daba a entender que cuando una persona o nación se corrompía, atraía a los depredadores como lo hace un cuerpo muerto.

“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos dìas, el sol se oscurecerá... y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. Este lenguaje profético que muestra al sol, la luna y las estrellas cayendo a tierra se refiere a la callad de reyes, gobiernos o autoridades de cualquier tipo (Véase como ejemplos Isaías 13:9-13,19; 34:4; Ezequiel 32:7). En este caso, el judaísmo como sistema religioso, y las autoridades de este sistema iban a caer, para lo cual la Biblia usa este lenguaje figurado.

La señal del hijo del hombre en el cielo en contraste con la caída de las autoridades del judaísmo, lo que significa es que mientras los perseguidores de los cristianos iban en decadencia, Cristo y sus fieles eran exaltados.

Aparecer en las nubes es otro lenguaje figurado que implica la intervención de Dios en los asuntos humanos para juzgar y castigar las naciones (Isaías 19:1; Salmos 104:3).

En cuanto a recoger a sus escogidos, por medio de los Ángeles, debemos decir que la palabra ángel es la palabra griega “Angelos” y significa “Mensajero”, y el contexto implica que son mensajeros humanos que llevarían el evangelio para juntar a los escogidos, es decir, los que obedecen. Recuerde, “No pasara esta generación...V34”.

El maestro le dice a sus discípulos que esas señales se servirían de advertencia para estar preparados cuando llegara el momento de la destrucción. “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama està tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano està cerca. ASI TAMBIÈN VOSOTROS, cuando veáis todas estas cosas, conoced que està cerca, a las puertas” Vs. 32,33. Cuando Cristo venga por segunda vez a buscar a su pueblo, no habrà señales de advertencias (1Tesalonisenses 5:1-3).

V.34 “De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”. Los eventos mencionados por Jesús, por lo menos hasta este versículo debìan ocurrir durante aquella generación, y de hecho sucedieron. Hay diferencia de opinión en cuanto al tiempo que significa una generación, pero generalmente se acepta que son unos 40 años, que es el tiempo mínimo que necesita un hombre para casarse y tener hijos y tener la posibilidad de ver nietos. De manera que Jesús està diciendo que dentro de los próximos 40 años esos eventos debìan suceder. En efecto, 37 años después estas cosas se cumplieron. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” V.35

Los versos que van desde el 36 hasta el 51 pueden tener que ver con la destrucción de Jerusalén o con la segunda venida de Cristo en el dìa final, pues ya no hay contradicción, excepto hasta el verso 34 donde debemos limitar el cumplimiento
de esa profecía a esa generación.

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