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miércoles, 21 de abril de 2010

LO QUE DEBO SABER DE LOS DONES (2 de 2)

I- ¿CÓMO DESCUBRO CUAL ES MI DON?


1- Lo primero a considerarse para descubrir un don son las inclinaciones naturales de una persona. Es decir, que es bueno sentir amor por aquello a lo cual nos vamos a dedicar. Por ejemplo, si un hermano quiere ser director de himnos es bueno que sienta amor por la música (1Timoteo 3:1).

2- Lo segundo es estar seguros de que además del deseo tenemos también la habilidad para efectuar el servicio por el cual nos hemos inclinado. Imaginemos un hermano sin sentido del ritmo, con poca gracia y sin capacidad para entonar correctamente la más simple nota musical, empeñando en ser director de cánticos. Sus intenciones pueden ser buenas, pero esto no es suficiente para hacer un trabajo bien hecho.

3- Lo tercero es tomar en cuenta las necesidades de la congregación. Es posible que exista un gran vacío de cosas a las cuales pocas veces se les presta atención. Por ejemplo, cuidar a los hermanos discapacitados, leerle la Biblia a los que no pueden o no saben leer, visitar y animar a los descarriados, estar atentos a los que no se están congregando, conseguir y enseñar cánticos nuevos, orientar a los nuevos creyentes y un largo etcétera, que requiere de nosotros un talento particular. Si hay deficiencia de estas cosas importantes, entonces podríamos ver si seríamos útiles ahí.

4- Lo cuarto es la circunstancia en la cual Dios nos coloca. Podemos pensar que no estamos dotados para un determinado servicio, y sin embargo, Dios nos coloca en situaciones donde no podemos eludir la responsabilidad de servir en aquello que quizá no nos gusta (Ver ejemplo de Moisés en Exodo 4:10-12).

5- Lo quinto es orar para pedir a Dios sabiduría para saber cuál es nuestro lugar en el reino de Dios (Santiago 1:5,6).

6- Lo Sexto y último es que debe considerarse con detenimiento lo que piensan los hermanos, ya que en la abundancia de consejeros está la sabiduría (Proverbios 11:14).
Si al consultar a los hermanos nos damos cuenta que un porcentaje significativo nos señala que tenemos un don para algo, entonces ocupémonos en desarrollar ese don conforme a la medida de fe que Dios nos repartió (Romanos 12:6,8).





II- CONSULTEMOS A LOS HERMANOS.

A continuación hacemos una lista de algunos dones que tenemos disponibles para la iglesia hoy día y al lado tenemos un espacio en blanco para que los hermanos marque allí cuando entiendan que tenemos algunos de estos dones.


DONES O TALENTOS. POTENCIAL DESARROLLADO.

Animar.........................................................

Servicio........................................................

Organizar actividades..................................

Dirigir la Obra..............................................

Enseñar a adultos........................................

Enseñar a niños...........................................

Dirigir himnos.............................................

Exhortar y corregir a los hermanos.............

Servir en lo secular (Diácono)....................

Orar.............................................................

Predicar........................................................

Ayudar a los necesitados.............................

Leer la palabra.............................................

Trabajar con los casados………………….

Trabajar con los nuevos creyentes……….

Trabajar con los minusvàlidos…………….

Una vez que hemos agotado estos 6 pasos y cualquier otro que consideremos necesario, si hemos llegado a la conclusión de poseer algún don en específico, entonces sintamos la seguridad interior de haber sido llamados por Dios para hacer eso y hagámoslo de tal manera que entreguemos el ciento por ciento cada vez.
Sea cual sea el don que Dios nos haya dado, sintamos alegría de tener una bella oportunidad de servir a aquel que nos hizo que envió a su hijo a morir a favor nuestro.






CONCLUSIONES.


1- La iglesia de Cristo es un reino de servicio. Dios nos ha hecho reyes y sacerdotes para servirle (1Pedro 2:9). Hay Que recordar siempre esto: ESTAMOS EN LA IGLESIA PARA SERVIR.

2- Dios nos capacita dándonos talentos para hacer su obra en la tierra. Cada cristiano es parte de este proyecto de Dios y debe esforzarse con todo empeño en saber cual es su don y desarrollarlo.

3- A cada uno se le da por lo menos un don. A algunos se les da varios. Esto Dios lo reparte según su infinita sabiduría y tomando en cuenta nuestra capacidad. De manera que estamos en el lugar indicado para hacer la obra indicada.

4- No pensemos que por no tener el don para predicar o enseñar, ya por eso no somos útiles en el reino. Un cuerpo no es todo ojo ni todo oído. Otros órganos desarrollan funciones imprescindibles en el cuerpo y así mismo es en el cuerpo de Cristo.

5- Si usted no desarrolla sus talentos algo se quedará si hacer o se hará mal dentro del reino (1Corintios 12:19,20).

6- Cada cual dará cuenta a Dios por lo que hizo o dejó de hacer con su don. El haber recibido pocos dones no es una excusa para quedarnos estáticos en un banco. Con lo poco que usted entiende que ha recibido haga lo mejor posible.

7- Vamos adelante con amor y devoción a aquel Que. ha dado lo mejor para nosotros. “No descuides el DON ESPIRITUAL Que. ESTÁ EN TI, Que. te fue conferido por medio de profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
REFLEXIONA SOBRE ESTAS COSAS; DEDÍCATE A ELLAS, PARA Que. TU APROVECHAMIENTO SEA EVIDENTE A TODOS.
Ten cuidado DE TI MISMO y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo ASEGURARÁS LA SALVACION TANTO PARA TI MISMO COMO PARA LOS Que. TE ESCUCHAN” (1Timoteo 4:14-16)...(Versión Biblia de las Américas).


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