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miércoles, 12 de mayo de 2010

POR QUÉ LA IGLESIA DE CRISTO? (1 de 2)


Introducción.

Desde que el mundo es mundo el hombre busca la manera de complacerse a mi mismo. En el tiempo presente la tecnología y los avances científicos hacen posible la complacencia de casi todos estos deseos carnales, de tal manera que hoy se vive más que nunca antes para la auto gratificación. Es triste ver que hasta en lo espiritual el hombre cree que es posible complacerse a sí mismo. De manera que cuando se va a adorar, cuando se va a servir a Dios o cuando se busca de una iglesia, lo que importa es LO QUE YO DESEO. La verdad, lo que está correcto, y lo que dice la Biblia, a pocos les interesan. Este estudio va dirigido a esos pocos que compran la verdad y no la venden (Proverbios 23:23).

A- PORQUE ME INTERESA LA VERDAD.
NOTA.
Algunos entienden que no deberíamos hablar de diferencias. Es verdad que no debemos hablar de ellas con sentido de superioridad, orgullo o resentimiento, pero si debemos enfocar con amor a las almas estas diferencias, con la esperanza de que los corazones sinceros sean movidos a la obediencia correcta de la voluntad de Dios.

1. El conocimiento de la verdad nos hace libres (Juan 8:32). Ese conocimiento de la verdad es Dios mismo quien lo da cuando la persona en verdad desea obedecer a Dios (Juan 7:17) y permanecer en ella (Juan 8:31).
2. Muchos se perderán, Por cuanto no recibieron el amor a la verdad. El amor por la verdad es necesario si queremos ser salvos (2 Tesalonicenses 2:10-13).
3. La obediencia a la verdad es lo único que puede salvar nuestras almas (1Pedro 1:22). Seguir una mentira en nada nos ayuda.
4. La verdad es lo único que puede santificarnos (Juan 17:17). La mentira no puede hacerlo.
5. La verdad; que está en la palabra de Dios, tiene capacidad para convertirnos en nuevas criaturas (Santiago 1.18; 1Pedro 1:23-25; Juan 15:3).


B- PORQUE LOS HECHOS BIBLICOS NO DAN OPCION.

La Biblia dice que Jesús prometió edificar una iglesia, y dijo que jamás sería destruida (Mateo 16:18). Daniel la presenta como un reino que desmenuzará y pondrá fin a todos los reinos de los hombres, pero él nunca sería destruido, sino que permanecería para siempre (Daniel 2:44).
Jesús cumplió con su promesa cuando el día de Pentecostés del año 33 de la era cristiana, estableció su iglesia por medio de sus apóstoles (Vea Hechos 2).
Esa iglesia era tal como él la quería. Perseveraba en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hechos 2:42).
Pero todo lo que el hombre toca lo daña. A la muerte de los apóstoles, surgieron en la iglesia líderes que arrastraron a muchos hacia una apostasía (Hechos 20:29-32; 1Timoteo 4:1-5; 2 Timoteo 4:1-5).
De esa apostasía surgió en el año 311 la iglesia católica romana. Más de mil años después vino la reforma protestante dirigida por Martín Lutero, quien intentaba corregir los errores de la iglesia Católica. De esa reforma surgieron primero los luteranos, los presbiterianos, los anglicanos (Episcopales), los metodistas y los bautistas.
En el siglo 19, como resultado de lo que se conoce como “Movimiento de avivamiento” surgieron en Estados Unidos muchos otros grupos religiosos como los mormones, los adventistas, los testigos de Jehová y las asambleas de Dios y grupos pentecostales y con estos muchos otros más.
Todas estas sectas tienen un fundador humano, una cabeza humana, nombres humanos, organizaciones humanas, cultos humanos, credos humanos y misiones humanas. La iglesia del Señor no es una secta, no es católica, protestante ni evangélica. Es simplemente el cuerpo de Cristo, el cual el fundó, del cual es cabeza y al cual viene a buscar. “Si Jehová no edificare la casa, EN VANO TRABAJAN LOS EDIFICADORES...” (Salmos 127:1)

C- PORQUE LAS DIFERENCIAS RESALTAN A LA VISTA.

Estas diferencias no tienen que ver con sinceridad. En todas las iglesias hay gente sincera. Sin embargo, podemos estar sinceramente equivocados. La mujer samaritana era sincera, pero estaba equivocada (Juan 4:19-22). Apolos era sincero, pero necesitaba ser instruido más correctamente en el camino de Cristo (Hechos 18:24-28).
Las diferencias no tienen nada que ver con conocimientos bíblicos. En todas partes hay personas muy instruidas.
Las diferencias tampoco tienen que ver con dedicación, ni con raza, condición social o económica. A Dios nada de esto le interesa.
Las diferencias no tiene que ver tampoco con número. Los números no determinan la verdad. De hecho, la verdad no suele ser propiedad de las mayorías. Vea por ejemplo el arca de Noé, la destrucción de Sodoma y Gomorra, o la cantidad de judíos mayores de 20 años que salieron de Egipto y entraron en la tierra prometida. (Continuará...Si Dios quiere)
(Varias ideas tomadas de un estudio del hermano S. Hall)

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