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sábado, 11 de diciembre de 2010

Haciendo nuestra parte

Un joven preguntó a su maestro el significado de un cartel muy provocador que había en la clase que decía: ¡Ni los médicos curan ni los maestros enseñan!
Este le respondió: “Unos y otros pueden indicar donde están las puertas para que a través de ellas el enfermo inicie su propia curación o el alumno conecte con su deseo de aprender. Pero ningún médico puede curar a alguien que no quiere curarse, y tampoco se puede enseñar a quien no desea aprender. 
***
 -¿Qué queréis ser de mayores?, les preguntó un abuelo a sus nietos mientras jugaban en el jardín.
-Quiero ser doctor, para curar de manera infalible a todos los enfermos del mundo- dijo uno.
-Y yo maestro-dijo el otro- para que todos los niños aprendan lo que yo les diga.
-Hijitos queridos- les dijo con cariño el anciano- algún día entenderéis que sólo se cura el que tiene voluntad de sanar y sólo aprende el que pone voluntad para similar conocimientos. El ser humano no es como esta tierra donde crecen las flores, ella no decide si empaparse o no del agua de regadío. La labor de un médico y de un maestro florece, si el enfermo o el alumno se predisponen a absorber lo que de estos profesionales reciben.
-Pues ahora queremos ser jardineros, abuelo- respondieron jocosos los niños.

Nosotros los Cristianos, como el médico o el maestro, debemos a veces enfrentar esta realidad, las personas no encontraran la salvación solo porque reciban la palabra, sino que es necesario que tengan la voluntad de ser salvos, es como nos los mostró nuestro Señor Jesús, en la parábola del Sembrador Lucas 8:4-8, nosotros estamos llamados a esparcir la semilla, que es la palabra de Dios, tal como nos dice: Marcos 16:15 " Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura"; pero es el ser humano quien tiene la facultad de abrir su corazon para que la palabra penetre. 

Cuando el Señor les explica a los discípulos, el significado de la parábola Lucas 8:11-15,  nos enseña que veremos parte de nuestro trabajo no dar frutos, así como el médico que ha dado con sabiduría y amor sus atenciones y el paciente no responde al tratamiento por no llevar las recomendaciones, o el profesor que ha impartido bien sus enseñanzas y parte de sus alumnos no demuestran las habilidades adquiridas; en iguales situaciones, cada quien tiene una responsabilidad, nosotros de llevar el Evangelio puro, a todos los lugares, por las mayores vías posible y dando un buen testimonio, y el que lo recibe, quien debe permitir que la semilla germine y de frutos Hechos 2:38 Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. 

Siempre habrán quienes desechen la palabra, Cristo sufrió en persona el rechazo y el maltrato y aun hoy lo recibe, más aun así cumplió con su parte y le dijo al Padre:  Lucas 22:42  Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 
Es esta la actitud a las que estamos llamados y por lo que debemos prepararnos, pues siempre habrán otros que como nosotros estén esperando esas palabras de vida. 
Juan 14:23 Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
Apocalipsis 3:20 He aquí, que yo estoy parado a la puerta y llamo; si alguno oyere mi voz, y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Angela Bello (Verónica)

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