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lunes, 12 de mayo de 2014

VERDADERAMENTE LIBRES



Libertad es facultad de hacer y decir todo cuanto no se oponga a las leyes. Pero espiritualmente hablando...
Ser libre en Cristo significa que usted se ha despojado de todo peso (Pensamientos y esquemas mentales errados, malos hábitos, vicios,  amistades mundanas, lugares y situaciones que nos llevan al mal).
  Implica que usted se ha despojado del pecado que le asedia y ha decidido correr con perseverancia la carrera que tiene por delante, con los ojos puestos en Jesús (Hebreo 12:2).

EL BUEN USO DE LA LIBERTAD

       Libertad es la oportunidad que tenemos para glorificar a Dios y hacer algo productivo por nuestro prójimo  y por nosotros mismos.
       Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solamente que no usen la libertad como ocasión para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros”. (Gálatas 5:13)
       La verdadera libertad en Cristo, consiste en saber controlar los apetitos carnales y usar nuestras energías para la gloria de Dios y el beneficio ajeno.

USA TU LIBERTAD CON AMOR

  “Pero tengan cuidado con esta libertad y no dejen que su libertad haga pecar a los que tienen dudas sobre lo que deben comer. Si alguien que tiene dudas te ve comiendo en el templo de un ídolo, a ti que sabes estas cosas, puede animarse a comer alimentos que se ofrecen a los ídolos, aunque piense que está mal. Por eso, si la comida hace que mi hermano peque, jamás volveré a comer carne, para no hacerlo pecar.” (1Cor.8:9,10,13)

USA TU LIBERTAD CON RESPONSABILIDAD

  Ser verdaderamente libre en Cristo significa que anteponemos el amor a nuestros derechos.
  “En el reino de Dios lo importante no es lo que comamos o bebamos, sino vivir con justicia y buscar la paz y la felicidad que trae el Espíritu Santo.  El que sirve a Cristo de esta manera, agrada a Dios y será estimado por todos. Entonces, hagamos lo que trae paz y contribuya a la mutua edificación”.  (Romanos 14:17-19).

USA TU LIBERTAD CON SANTIDAD

  “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”
  Hay muchas cosas que me son licitas (Permitidas), pero yo no me dejaré dominar por ninguna. Un deporte me es lícito practicarlo, pero si ese deporte interfiere con mi servicio a Cristo, entonces aquello que es bueno se convierte en algo malo.
  Lo mismo se aplica a todo  otra actividad de la vida.

NO ME DEJARÉ DOMINAR DE NADA NI DE NADIE

  Para ser verdaderamente libres, no podemos dejar que nada ni nadie nos domine. Solo debemos depender de Cristo;  de nada ni nadie más.
        Así que si sientes que el BB, el facebook, el twitter, tu carrera universitaria, tu negocio, el café, el gimnasio, la televisión, la música, una amistad etc. Te está dominando, es hora de clamar  a tu libertador por ayuda

USA TU LIBERTAD PARA EL BIEN

1 Corintios 10:23,24: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Nadie busque su propio bien, sino el del otro.”
  Antes de hacer lo que deseas hacer, formúlate estas preguntas: ¿glorifica a dios? ¿Me conviene física y espiritualmente? ¿Conviene y edifica a los demás?

MUCHO CUIDADO CON LA CURIOSIDAD

       La curiosidad tal vez sea el sentimiento humano más fuerte. Adán y Eva pecaron porque sintieron curiosidad de conocer el árbol de la ciencia del bien y del mal. Eran libres hasta ese momento, pero por curiosos se volvieron esclavos.
       Si hubieran elegido creer a Dios, habrían obedecido.
       Créele a Dios y no permitas que se pierda tu libertad.

EL RIESGO DE VOLVER A LA ESCLAVITUD

       Los Israelitas fueron esclavos 400 años y Dios los sacó de Egipto. En lugar de apreciar esa libertad, se la pasaban añorando lo que había dejado atrás y hasta planificaron volver.
       Para nosotros también existe el peligro de volver atrás después de haber sido hechos libres. Así que hay que aprender a vivir la vida en libertad y tomarle amor, para que no haya riesgo de retroceder.
       Hay que tener un horario para estudiar la Biblia todos los días y orar (Pasar tiempo con Dios). Debemos ser serios con este hábito.
       Debemos tomarnos unos minutos cada día para hacer una evaluación de nuestras vidas espirituales (2Corintios 13:5). Eso nos ayudará a darnos cuenta de cualquier falla a tiempo.
       Hay que respetar los días y horarios de culto. Evitar los compromisos que choquen con el tiempo que le debemos dar a Dios.
       Hay que sacar tiempo cada semana para hacer labor de predicación y visita a los hermanos.
       Debemos mantener una actitud contante de velar y orar (Mateo 26:41). Ser sobrio y velar (1Pedro 5:8). “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1Tesalonisenses 5:1-4).
       Para vivir verdaderamente libre, tienes que aprender a disfrutar de la vida en Cristo.
       Mientras estés luchando para llegar temprano a las reuniones, o para leer tu Biblia u orar, estas en problemas. Cuando amas los momentos con el Señor, entonces su vida espiritual es robusta.
       “Deléitate a si mismo en Jehová” (Salmos 37:4)
       “En la ley de Jehová está su delicia y en ella medita de día y de noche” (Salmos 1:2)

ESTEMOS FIRMES EN LA LIBERTDAD CON QUE CRISTO NOS HIZO LIBRES (Gálatas 5:1)

  Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, , y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.
  Hay una libertad CON QUE CRISTO NOS HIZO LIBRES.  Estemos firmes en ella.
  1Corintios 7:23 dice: “Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.” (De sus opiniones y mandamientos humanos)

¿Cómo ROMPER MIS CADENAS?

       En el proceso para recuperar nuestra libertad, apliquemos el principio de la sustitución. Donde hay un mal hábito, quitémoslo y pongamos uno bueno.
       En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros… (Efesios 4:22-25)

APLIQUE EL PRINCIPIO DE LA SUSTITUCIÓN

1.       Despojaos de nuevo hombre. (primer paso)
2.       Renovaos en el espíritu de vuestra mente.
Pablo dice que cambiaremos nuestra vida por medio de la renovación de nuestra mente (Romanos 12:1-2).
El mundo nos bombardea a diario con mucha basura por aire, mar y tierra. Lo único que tenemos para limpiar nuestra mente es la palabra de Dios. Medita en ella día y noche.
“Ya ustedes están limpios por la palabra que yo le he hablado” (Juan 15:3).
  3- Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
  Para vestirnos del nuevo hombre tenemos que sustituir la mentira en nuestras vidas por la verdad. (v.25).
  La mentira nos esclaviza, nos hace vivir una vida fingida. Deséchala con el poder de Dios y sé libre en Cristo.

SUSTITUYE

       La ira silenciosa por el dialogo conciliador. “Airamos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo ni deis lugar al diablo”.
   Efesios 4:26.
       Saca al diablo de tu casa, guardando tu orgullo y hablando sin demora con todos aquellos que te ofendieron o que tu ofendiste. Mateo 5:23.
       Las malas actitudes también hay que sustituirlas. Amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, sean sustituidas de hoy en más por la misericordia, la benignidad, el amor y el perdón.
       Nadie es verdaderamente libre hasta que sus sentimientos son de amor y bondad para todos, incluyendo sus enemigos.
       Perdone de la misma manera que Cristo le perdonó y disfrute un nivel más alto de libertad.
        
SEA VERDADERAMENTE LIBRE COMENZANDO POR SU MENTE

  “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,  en esto pensad.” (Fil.4:8).

SEA UN ESCLAVO DE CRISTO POR AMOR

  “Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre. .. no le enviarás con las manos vacías.  Le abastecerás liberalmente ...  Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo;  entonces tomarás una lezna,   y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.” (Deuteronomio 15:12-18)
  Tienes que amarlo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
  Permita que el Señor te horade la oreja. Permítale al Señor que le marque para siempre. Deje que Cristo le ponga una estampa.
  Libre, pero esclavo por amor a Cristo
TRAIGO EN MI CUERPO LAS MARCAS DE CRISTO (Gálatas 6:17).
  “Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.” (Juan 8:36) .








sábado, 10 de mayo de 2014

PARÁBOLA DE LAS BODAS DEL HIJO DEL REY (Mateo 22:1-14)



Esta parábola comienza diciendo que Jesús respondió, pero si vemos el texto nadie le había hecho ninguna pregunta, más Jesús respondía a la reacción que ellos habían asumido y la intención que tenían de matarlo (Mateo 21:46)
Esta parábola tiene el mismo propósito que la de los labradores malvados (Mateo 21:33-46): Mostrar lo que le sucederá a los que rechazan al Mesías. “El reino de Dios será quitado a ustedes y dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43). En este caso, los publicanos, las rameras y finalmente los gentiles.
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Algunos suponen que esta parábola es la misma de Lucas 14:16-24, pero si la consideramos detenidamente nos daremos cuenta que tiene semejanzas, pero no es igual. Por ejemplo, el que invita en Mateo es un rey que nadie puede darse el lujo de ignorar. En Lucas el que invita es un hombre. En Mateo 22 la fiesta es la boda del hijo del rey, en Lucas es una cena. La conclusión en Lucas es que “Ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena”. Pero la conclusión en Mateo es que el rey se enojó y “Destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad”, pues además de despreciar la invitación, también afrentaron y mataron a los siervos de rey que les mandó la invitación. Por tanto, en Mateo encontramos una enseñanza más severa, que se relaciona directamente con Mateo 21:41, “A los malos destruirán sin misericordia”.

El reino de los cielos es semejante a” (Se puede comparar con), un rey que hizo una fiesta de bodas para su hijo. El gozo y el privilegio de ser invitado a una boda real, se puede comparar con el gozo de ser parte del reino de los cielos.
 En esta parábola tenemos un rey invitando a la gente a la boda de su hijo. Como era costumbre de aquel tiempo, se enviaba la invitación sin fecha a los convidados, y cuando se acercaba el momento de la celebración eran avisados  que el tiempo había llegado. Los siervos utilizados para anunciar la boda del hijo eran los profetas y hombres de Dios que desde la antigüedad amonestaron a Israel para que se mantuviera santo para su Dios y así estuvieran preparados para la fiesta de bodas.  Los que mandaron a informar que el tiempo ya se acercaba y todo estaba listo fueron Juan el Bautista, los 12 y los 70.
Los judíos recibieron la invitación al evento, pero no quisieron venir. Prefirieron cada uno atender sus propios asuntos y poner excusas, pero para el rey fue simplemente que “No quisieron venir” y “Sin hacer caso se fueron”. Finalmente la indiferencia se convirtió en violencia, y los siervos que hacían la invitación fueron maltratados y algunos hasta matados (Compare con Mateo 23:34-36).

Es bueno destacar dos cosas importantes. Por un lado, la incredulidad y falta de amor a Dios es degenerativa. Las personas a veces comienzan sintiendo hasta cierta simpatía por el evangelio de Cristo, pero cuando los enviados de Dios expresan la necesidad de que los hombres cambien sus vidas y dejen sus malos caminos, entonces sucede que muchos se vuelven indiferentes y después activamente opuestos, atrayendo su propia destrucción.
Por otro lado, vemos la gran misericordia de Dios y su paciencia para tratar con el hombre. No es su costumbre castigar al hombre sin primero darles tiempo para que reconsideren su vida y se arrepientan. En el tiempo de Noé le dio al hombre 120 años para que cambiaran (Génesis 6:3). A Manases le advirtió sobre su mal comportamiento dándole tiempo para que cambiara (2Cronicas 33:10). A algunos de la iglesia en Tiatira  dio tiempo para que se arrepintiera (Apocalipsis 2:20-22). A los judíos en esta parábola le envía una primera invitación, después manda a avisar que la boda está lista, luego los motiva al darles detalles de su preparación, y ni aun así responden al llamado. El resultado de esta conducta es el castigo, que Dios a través de ejército romano permitió. En el año 70 d. De J.C. el general Tito, hijo del emperador Vespasiano, sitió la ciudad de Jerusalén y la quemó (Mateo 24:1,2,15,16; Lucas 19:41-44). La historia de este pueblo está tristemente marcada por el rechazo que hicieron del Señor. Sin embargo, los Judíos que se convirtieron a Cristo y oyeron su advertencia sobre este evento pudieron escapar (Mateo 24:15-18).

Los siervos del Rey informaron que los convidados a la boda no eran personas dignas, no porque habían nacido indignas, sino porque sus actitudes de desprecio y violencia hacia los mensajeros de Dios los descalificaron como personas merecedoras de una invitación tan especial. (Compare con Hechos 13:46).
La orden del rey fue ir por los caminos, y llamar a todos los que encontraran. Esto significa que el evangelio habría de llegar finalmente al mundo gentil, pues Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34,35). Todos son invitados a entrar, incluso las personas que muchos consideraban indignas para semejante celebración, como eran las rameras y los publicanos. Lo único que nos incapacita para entrar en la boda es que rechacemos la invitación de rey.
De manera que fueron todos invitados; buenos y malos (Según las normas humanas de medir la cosas), aunque para Dios todos somos simplemente pecadores (Romanos 3:10,23). La boda no fue cancelada, sino que el propósito del rey se pudo cumplir y la boda de su hijo se celebró adecuadamente.

Cuando el rey entró para ver a los convidados, se encontró con un hombre que no estaba vestido adecuadamente para la boda. Era un requisito del rey que todos llevaran ropa adecuada para la boda, pero este hombre no quiso sujetarse a las condiciones de rey, sino que hizo su propia voluntad, tal vez pensando que nadie se daría cuenta, o que el rey en su bondad lo pasaría por alto. Este hombre representa a todos aquellos que desean salvarse a su manera, sin seguir el plan trazado por Dios. Es cierto que el rey abre las puertas a todos, pero nadie debe abusar de su bondadosa hospitalidad. Hay que llevar un ropaje adecuando como el rey lo señaló, vestidos del nuevo hombre, que desecha toda hipocresía y mentira (Efesios 4:22-32; Apocalipsis 19:7,8).

La consecuencia triste de no ir adecuadamente vestido a la fiesta de bodas fue el castigo, junto con los que habían rechazado la invitación. De modo que no hay diferencia entre rechazar la invitación y tratar de aceptarla a nuestra manera. Ambos están manifestando desprecio hacia el rey y su hijo. Los dos grupos son incluidos dentro de los que son llamado, pero no escogidos. Dios llama a todos por medio del evangelio, pero solo escoge a aquellos que con corazón sincero aceptan a Cristo y viven una vida de santidad.